EL POTENCIAL DE LAS CÉLULAS MADRE ADULTAS
Actualmente ya sabemos que las CMA son células
indiferenciadas o primitivas que pueden auto-renovarse y diferenciarse en
células especializadas de varios tejidos. Aunque las CMA se encuentran predominantemente
en la médula ósea, también pueden ser aisladas de varios tejidos, tales como el
hígado, el intestino, los músculos, el
cerebro, el páncreas, así como la sangre y muchos otros
tejidos.
La función de las CMA que se encuentran en los tejidos es la
de mantener y reparar el tejido en el cual están ubicadas, aunque las células
madre locales al parecer están involucradas únicamente en reparaciones
relativamente menores del tejido que ocupan. En caso de daño mayor o
degeneración, la necesidad de células madre es mucho mayor que el número de
células madre disponibles en el tejido, y las células madre que provienen de la
médula ósea (BMSC, o Bone Marrow Stem Cells) son llamadas a contribuir
en el proceso de reparación.
Tradicionalmente las BMSC han sido consideradas como células
con poco potencial de plasticidad, siendo limitadas en su desarrollo
para convertirse en glóbulos rojos, linfocitos, plaquetas, tejido óseo y conectivo.
Sin embargo, mucho trabajo científico ha sido publicado en los últimos años,
demostrando la excepcional plasticidad de las BMSC.
Después de su trasplante, se ha observado que las células de
la médula ósea y las células madre hematopoiéticas enriquecidas (HSC, o Hematopoietic
Stem Cells) tienen la capacidad de convertirse en células musculares,
células del corazón, células endoteliales capilares, células
del hígado, de los pulmones, del intestino y
células de la piel, así como células neurales.
El Dr. Jang Y.Y., junto con otros colaboradores ,
llevó a cabo un elegante experimento en el cual se cocultivaron células madre
con tejido de hígado, tanto normal como dañado. Las células madre y el tejido
del hígado fueron separados por una membrana semi-permeable con poros suficientemente
grandes para permitir el paso de las moléculas, pero lo suficientemente
pequeños para impedir el paso de células de un compartimento a otro (tamaño del
poro de 0,4μm).
MANUELMELENDEZRAMOS@LIVE.COM.MXUsando indicadores tanto para las células madre como para las
células hepáticas, los autores documentaron que cuando las células madre fueron
puestas en presencia del tejido hepático dañado, rápidamente adoptaron las características
de las células hepáticas. En el lapso de ocho horas después de haber estado en
contacto con el tejido hepático dañado, las células madre comenzaron su
conversión a células hepáticas.

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